Tuve hambre y formaste un club humanitario,
y discutieron acerca de mi hambre...gracias.
Estuve encarcelado y se marcharon
tranquilamente a su capilla y oraron por mi liberación.
Anduve desnudo y en vuestra mente debatieron
la moralidad de mi aspecto.
Estuve enfermo y ustedes se arrodillaron y dieron
gracias a Dios por la salud de ustedes.
Estuve sin hogar y me predicaron sobre el refugio
del amor de Dios
Me sentía muy solo y me dejaron solo para ir
a orar por mi.
Ustedes parecen tan santos, tan cera de Dios;
pero yo sigo teniendo mucha hambre,
sintiéndome muy solo y padeciendo frío.
Autor desconocido.
Cuando lo leí me ha dado para pensar.......
Es verdad. Así somos, querida amiga. Alguien nos pide una mano y escondemos las dos. Luego nos justificamos con el tema de la compasión, pero eso es nada. Un mundo injusto, con seres humanos, metámonos todos, injustos. Un beso. Sí, da que pensar.
ResponderEliminarEs cierto que siempre encontramos justificación y hacemos elucubraciones mentales para no hacer nada ante el reclamo del prójimo y sus necesidades.
ResponderEliminarY cuando hacemos algo bueno es muy poco en relación con lo que deberíamos hacer.
Cierro el día meditando sobre la verdad que encierra tu página..
Un saludo.