Hoy le tocó a las Dalias dedicarle un poco de tiempo para limpiarlas y cuidarlas. Están muy bonitas, y se me ocurrió buscar en internet información sobre ellas. Entre otras cosas me enteré que es la flor por excelencia de Mexico donde hay más de 200 clases.
Lo anterior me trajo a la memoria mis vacaciones con mi marido que pude a Dios gracias y a mi hija y yerno disfrutar una preciosa semana con ellos y nuestros consuegros felizmente.Fueron días buenísimos y donde estuvimos alojados superior. El personal extraordinario y los servicios impecables; gente con una sonrisa siempre y no porque no tuviesen trabajo en cantidad, pero su atención te hacía sentirlos como si fueran conocidos de mucho tiempo.
Hubo algo que me gustó muchísimo y a la vez me entristeció. Las excursiones las hicimos por nuestra cuenta con un taxista natural del país y gracias a ello pudimos ver no solo la parte turística que es la que se suele enseñar a los turistas sino que nos llevó a conocer como viven en realidad la gran mayoría.La experiencia fue bonita a la vez que reflexiva. Vimos un paisaje precioso, las pirámides mayas, incluso subimos con gran esfuerzo a dos de ellas.Lo que me impresinó fue la historia de los mayas explicada por un guía descendiente del pueblo Maya el cual hablaba aparte de varios idiomas el idioma Maya Se me cayeron varios mitos de dicho pueblo y me admiró la historia real de como vivieron. Eran hombres y mujeres muy inteligentes y grandes arquitectos de los cuales se puede aprender mucho.
Después de todo esto y mas lo que me marcó bastante y sería bueno que todos los turistas pudieran ver, fue una aldea Maya. Todos sus habitantes eran mayas y ahí si que me hizo pensar que aun viviendo en un mismo país cuantas diferencias existen.
En verdad la gente de esta aldea parece que vive en otro continente. Llegamos con el taxista y aunque mi hija me había avisado no pude por menos de pensar cuanta diferencia hay por nacer en un lugar donde nadie se acuerda que hay criaturas como nosotros y necesitan los mismos cuidados. Llegaron un montón de niños y niñas descalzos corriendo algunos casi no sabían andar y otros ya adolescentes. ¿ Porqué corrían hacia nosotros? pues muy sencillo porque saben que ese taxi cuando llega allí siempre va con gente que les lleva bolis, lápices, pinturas y caramelos y ellos forman fila todos formales esperando recibirlos; no pude por menos que pensar como aquí en mi país, los niños no les dan importancia a los lapices y pinturas y en seguida buscan modelos nuevos. Pero aún las sorpresas siguieron llegando cuando vi aquellas casas sin muebles con hamacas para dormir. En una de las casas nos invitaron a entrar y vimos como el hacer una hamaca les lleva un mes y por poco la venden , cuando la venden. Por supuesto me vine con una hamaca que la compré,"preciosa" y seguro que cada vez que me tumbe en ella los recordaré.
Siempre sonrientes con sus ojos alegres a pesar de las dificultades por las que pasan.
En verdad pasé una semana fantástica pero al lado del lujo en el que viví también está la carita de esos niños y de las madres agradecidas simplemente por darles a los niños un lápiz.
