sábado, 20 de octubre de 2012
EL VIEJO VIOLÍN
Estropeado y ajado estaba, por eso el rematador
pensó que no ameritaba su escaso valor
dedicar al viejo violín mucho tiempo,
pero aún así lo mostró sonriendo.
Exclamó: "¿Cuánto ofrecen por él buena gente ?
¿Quién abrirá la subasta ?
Un dólar, un dólar...ahora dos, sólo dos...
Dos dólares, ¿Quién dará tres?
Tres dólares a la una, tres dólares a las dos,
vendido en tres..." !pero no!
Desde el fondo del cuarto un canoso señor
adelantándose, el arco tomó;
del viejo violín el polvo quitó
y todas las cuerdas tensó,
ejecutó una melodía de pureza tal;
de dulzura cual canto angelical.
La música se detuvo y el subastador,
con voz imperceptible y queda,
dijo: "¿Cuánto me dan por el viejo violín ?"
Y al público, con el arco, lo mostró.
"Mil dólares...y quién dará dos ?
Dos mil... Y quién dará tres ?
Tres mil a la una, tres mil a las dos...
!Vendido en tres mil !" dijo él.
La gente victoreaba pero algunos exclamaban:
"Qué difícil resulta entender esto...
¿Qué cosa aumentó su valor?" Dijo el hombre:
"!El toque de la mano del maestro!"
Así son muchos hombres de vida desafinada,
al igual que aquel viejo violín...
Pero se acerca el Maestro y la multitud necia
nunca termina de entender esto:
El valor de un alma y el cambio que opera
la mano del Maestro.
Myra Brooks Welch
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