Llegó la primavera y de contento
las aves le saludan con su canto,
y las fuentes al murmullo del viento
con dulce murmurar fluyen en tanto.
El aire cubre con su negro manto,
truenos y rayos, heraldos de su adviento;
y al acallarse luego aves sin cuento
tornan de nuevo a su canoro encanto.
Y así, sobre el florido ameno prado,
entre plantas y frondas murmurantes,
duerme el pastor con su fiel perro alado.
Al son de una chispeante y pastoral zampoña
danzan ninfas y pastores bajo el techado
de la Primavera que irrumpe brillante.
¡Precioso! Un beso grande, querida amiga.
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